La raíz de la cerrazón es el temor, el miedo, el egoísmo, la inseguridad y la desconfianza. Como consecuencia de la cerrazón hay personas y colectivos que ni viven ni dejan vivir y lo expresan en la inflexibilidad; son intolerantes, están llenos de prejuicios, dogmatismos, autoritarismo suelen ser fundamentalistas.
Cerrar los ojos a nuestra realidad, es negarse a descubrir nuevas realidades, nuevas experiencias, nuevas expresiones de vivir, de sentir,pensar hacer y crear.
Hay una forma de cerrazón profunda; la obturación de la mente frente a lo que intenta penetrar en ella y que suele tener un carácter defensivo, es una resistencia a lo real, como si fuera una agresión o una amenaza.
¿Que nos dice Jesús ante esta realidad?. " No se echa vino nuevo en odres viejos, pues los odres reventarán, el vino se derramará y los odres se echaran a perder. El vino nuevo se echa en odres nuevos y los dos se conservan" Mt 9,16-17) Y es que el Evangelio no es una mera reforma, sino una alternativa siempre de vida, de renovación, es la Buena Nueva que nunca será una religión.
fr. bernardo YOEL. valencia. España