En ti, Señor, vivimos, nos movemos y existimos. Solo en ti encontramos el sentido, solo en ti nuestro corazón llega a bombear sangre que revitaliza.
Nuestra vida surge de la tuya, nuestra entrega es respuesta a tu llamada. Somos tu proyecto, proyecto siempre en comunión, hacia la que avanzamos, a veces a tientas, a veces con firmeza.
Nos movemos en tu espacio, en el inmenso hueco de tu presencia, un hueco que no es vacío, que es experiencia de encuentro. Nos estrechas por detrás y por delante, estás aquí y más allá de aquí.
El horizonte existe si es a través de tu mirada, existe aquello que tú iluminas. No importa que sea o no material, no importa con qué lógica se entienda, es emanación tuya.
Al Dios desconocido de aquellos antiguos atenienses le damos tu nombre, Dios Trinidad.
(De http://www.montrinisuesa.com/)
Un abrazo
D.G.;Zaragoza