Os inivto a que leais esta carta de un hermano "reducido al estado laical"...
Pienso en todos esos hermanos que han decidido dar este paso, conscientes de su situación, dolidos con una iglesia poco madre y muy "maestra"... y mi corazón llora de dolor...
Siento con mis hermanos cada una de las salidas de un hermano en el sacerdocio, porque muchas veces es por ese voto del celibato por el que tienen que abandonar su vida sacerdotal, esa vida que les plenicifa y que les aganda el corazón... sólo por ser conscientes de amar y de que ese amor puede ser compartido...
Y recuerdo aquel himno de la LH con el que oramos y que dice...
"... QUE YO COMPRENDA, SEÑOR MÍO
AL QUE SE QUEJA Y RETROCEDE
QUE EL CORAZÓN NO SE ME QUEDE
DESENTENDIDAMENTE FRÍO ..."
Oro con todos y por todos y siento mi corazón acercarse ante todas estas realidades...
Humildemente, un presbitero al servicio del Evangelio, hermano de todos y compañero de camino y vida vuestro...
Irimego, Zgoza.