Mi inicio en la aventura de creer.
Pertenezco a una familia católica, ya mis abuelos rezaban el rosario en familia y mis padres, pertenecientes a los Cursillos de Cristiandad no inculcaron la fe, el amor a Xto y a cumplir con los preceptos de la Iglesia Católica. Creía por educación, no tenía personalizada mi fe, proceso de personalización que se ha ido concretando después a lo largo de mi vida.
Tenía yo por aquel entonces 16 años, huyendo de un grupo fundamentalista cristiano al que pertenecía mi hermano, pero que yo no admitía por sus contradicciones y que ya entonces , me parecían tridentinos: celebraba la misa el cura mirando al altar e inculcaban unos valores que yo rechazaba y que no me convencían. Empecé a falta a misa y por medio de un amigo entre en la Legión de María, entonces la dirigía una buena persona, al que posteriormente la vida le ha tratado muy mal., que nos congregó en su piso para rezar, convivir y sacarnos de la calle y del mundo de la droga que imperaba en mi adolescencia. Allí me inicié en el voluntariado y se me abrió un mundo nuevo, constatando que los pobres son los que nos evangelizan. Entonces era pura rebeldía y con una mente casi desestructurada, me consideraba el chico del no, entonces empecé a tener los primeros atisbos de mi orientación sexual, pero este no es el objeto del artículo.
En una cuaresma del año 1989 nos congregamos parte de los miembros del movimiento de la Legión en la hospedería de la Trapa de Avila, un convento femenino, que ya rompía con mi experiencia con las monjas de clausura, el convento de San José de Avila, que como muchos sabéis se mueven por otros parámetros y que ya entonces se planteaban si pertenecer o no a los conventos de la Madre Maravillas; la Encarnación entonces se anexionó a esta tendencia, y las Madres, como las llamamos en Avila, no. Hoy no lo sé se han anexionado a esa regla.
Allí convivimos en amistad, alegría, haciendo puestas en común reflexionando, cantando, viendo con jovialidad y en tono amistoso la fe. En un tiempo de silencio me fui a la capilla, una capilla con un Cristo barroco bellísimo y el sagrario. Allí estuve una hora, al comunicarnos Hentai las distintas experiencias místicas de tantos desconocidos para mi, he decidido comunicaros mi experiencia en aquella Trapa. Yo allí sentí, aún no se definirlo, lo que me sentí es profundamente amado por Dios, viendo mi pequeñez y a la vez la grandeza de Dios, sentí en mi el absoluto, la plenitud, a la vez que una profunda, entrañable y desbordante alegría. Mi vida cambió en aquel momento, me percaté que Xto merecía la pena, que su seguimiento no es desde la obligación, desde la normas, sino desde la libertad y desde un amor incondicional a aquel que se dio por nosotros por puro amor. Cuantas veces he ido a aquella capilla, que paz he sentido, que alegría y bienestar, cuantas eucaristías vividas en intimidad, con poca gente. Que experiencias mas profundas he tenido allí y que alimento me dieron los padres trapenses que se alternaban llevando la dirección espiritual de las monjas
Solamente quería contaros esta pequeña experiencia que ha marcado mi fe y mi camino en la iglesia y concepción de la sociedad.
Un abrazo
HILARIO
