"Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo." (Lc 6, 36)
La palabra compasión no nos gusta. Nos da la sensación de que compadecer nos ponemos por encima del que padece. Sin embargo, no es ese sentido de la palabra. Compadecer es "padecer-con". Es ponerse al mismo nivel, intentar sentir lo mismo que está sintiendo el otro.
Para superar este equívoco nos hemos inventado una nueva palabra: "empatía". Que significa lo mismo. Algo semejante a lo que ocurre entre moral y ética. Lo que queda claro es que debemos hacernos unos con el otro. Y eso vale para el dolor y la alegría. Pero claro, nos cuesta mucho más en el dolor. Compasión, al igual que la empatía, no son palabras. Muchas veces compartir el dolor, es permanecer al lado del que sufre en silencio. Sufrir con él. Y buscar en nuestro interior qué es lo que podemos hacer para aliviar su pena y su dolor.
bernardo YOEL. Valencia. España