Si hablamos de ayuno, sea cuaresma o no, la reacción suele ser de rechazo. Sin embargo se hacen dietas estrictas para reducir peso. Si mencionamos la penitencia, el rechazo es total. Sin embargo se hacen ejercicios duros y fatigosos para tener el cuerpo perfecto.
El ayuno y la penitencia tienen un sentido profundo que no debemos olvidar al no ser seres aislados. Ser personas requiere estar abierto, en relación con los otros. El ayuno es un ejercicio de acogida de generosidad. Ayunar de comida y comodidades nos acerca al que sufre. Entramos en comunión con el que no tiene y participamos de sus sentimientos.
El Evangelio lo primero que nos recuerda es la Oración. Descansar en el Señor.Estar en su presencia aunque no digamos nada,para estar con el "novio" no necesitamos estar charlando sin parar. Disfrutar disfrutar de su "cercanía" espiritual.
Cuantas veces escuchamos "os dejo, tengo que ir a ver a mi novia o novio" no es que tenga nada importante que comunicar, lo importante es estar una ratito cn la persona amada.
"Descubre su presencia,
Y máteme tu vista y hermosura:
Mira que la dolencia,
De amor, que no se cura
Sino con la presencia y la figura" (S.J. de la Cruz)
Bernardo Yoel. Valencia