Estando en oración,
vi a Cristo que con
gran amor me
pareció me recibía y
ponía una corona,
agradeciéndome lo
que había hecho por
su Madre.
Otra vez,
estando todas
en oración en el coro,
vi a nuestra Señora
con grandísima gloria
con manto blanco y
debajo de él parecía
ampararnos
a todas. (santa Teresa de Jesús; V36,24)
Un abrazo
D.G.;Zaragoza