Lo peor que puede suceder a la religión, es que se convierta en un fenómeno social.
Entonces la asociamos a nuestra cultura, a nuestra "tribu". Se transforma en algo rutinario; "siempre se ha hecho así"; es la "esencia de nuestro pueblo". Cuando la religión pasa a ser un fenómeno social, como la forma de vestir, las comidas... cae en dos extremos. O se transforma en algo sin vida,rutinario,superficial, o se cae en un fundamentalismo a ultranza.
En el primer caso,olvida sus orígenes e identifica las costumbres como voluntades divinas, y sus verdades como la Verdad. Eclesiásticos, mujairines, predicadores pasan a primer plano y Dios queda en segundo plano tras la voluntad de estos. Ritos, costumbres,actos, es lo importante.
En el segundo caso, se asocia tan fuertemente la religión a la cultura propia, que cualquier ataque,o,simplemente, el hecho de practicar otra religión,tener otras costumbres o ser diferente, se considera como un ataque frontal a la religión y se lucha con todos los medios para imponerla a todos los demás.
En ambos casos nos encontramos ante un sucedáneo de espiritualidad. Lo que priva es la idea de Dios, no Dios.
fr. Bernardo Yoel.c.g. Valencia