Cuando se quitaron
muchos libros de romance
para que no se leyesen,
yo sentí mucho,
porque algunos
me daba recreación leerlos,
y yo n podía ya
por dejarlos en latín;
me dijo el Señor:
"No tengas pena,
que yo te daré libro vivo"...
Su majestad
ha sido el libro verdadero
adonde he visto las verdades.
¡Bendito sea el libro
que deja impreso
lo que se ha de leer y hacer
de manera que no se puede
olvidar. (santa Teresa de Jesús; V26,6)
Un abrazo
D.G.;Zaragoza