Una peregrinación a Lourdes
Durante estas navidades he estado con mi familia el día de Noche Buena y el de Navidad; el resto lo he pasado con un amigo de la infancia y sus amigos en un pueblecito del Cabo de Gata en Almería.
El encuentro nos ha servido a todos para ahondar y profundizar en experiencias pasadas, una de ellas es la que os voy a contar hoy:
Allá por los años 80, con 18 años y aprobado COU nos planteábamos que es lo que queríamos hacer con nuestras vidas, descubrir nuestra vocación. En el 1979 nos fuimos a Lourdes de camilleros con el Tren de la Esperanza, en aquella época nos planteábamos si teníamos vocación a la vida consagrada, que carrera elegir….. estábamos en plena encrucijada, no era fácil discernir.
Mi amigo, gay también como yo, aunque en aquella época no nos reconocíamos como tales y desconocíamos esta realidad, ambos jugábamos al escondite, aunque ambos lo sospechábamos el uno del otro. Mi amigo allí descubrió su vocación hacía los enfermos, hizo enfermería y hoy está trabajando en la unidad de infecciosos de un hospital de Málaga. Yo descubrí la universalidad de la Iglesia y mi fe se fortaleció al ver la fe que los enfermos manifestaban.
Lourdes significó para nosotros un espacio de convivencia, allí compartimos con mas gente nuestra fe y nuestros sentimientos solidarios. Lourdes significó para nosotros uno de esos momentos que marcarían nuestra vida. Alli fuimos siete personas, allí nos conocimos, nos divertimos y crecimos como personas.
María, madre nuestra, gracias por darnos esa oportunidad.
Un abrazo
HILARIO