Ocurren cosas inesperadas como que llame a la puerta el cuarto Rey Mago el día 30 de diciembre para traerme un pin del niño Jesús.
Al Rey no lo conocía personalmente, no conocía su rostro,pero lo vi y lo quise. Correspondí
a sus muestras alegres de afecto y cariño en forma de besos y abrazos.
Sentados frente a frente se nos abrió el corazón y compartimos con fluidez y espontaneidad nuestras vidas. Con naturalidad visitamos nuestros respectivos recovecos inaccesibles...
Se ha realizado el milagro de la fraternidad Cristiana, Irimego gracias.
fr. bernardo yoel. valencia