Hagamos cuenta que estos
sentidos y potencias
se han ido fuera del castillo
días y años,
y andan con gente extraña...
aunque ya no son traidores.
Visto ya el gran Rey
que está en su morada,
su buena voluntad,
por su gran misericordia,
quiérelos tornar a Él,
y como buen Pastor,
con un silbo tan suave
que aun casi ellos mismos
no lo entienden,
hace que conozcan su voz
y se tornen a su morada.
Y tiene tanta fuerza
este silbo del Pastor,
que desamparan
las cosas exteriores
en que estaban,
y métense en
el castillo (santa Teresa de Jesús; 4M3,2)
Un abrazo
D.G.;Zaragoza
¡Oh, Renuevo!