Luz y alegría es la Buena Nueva. Pero las iglesias y sus miembros hemos convertido el cristianismo en algo triste,aburrido,incluso doloroso.
La vida ya nos trae los sufrimientos y el dolor,la lucha y el afán. Nosotros debemos llenarla de luz y de alegría. Debemos aplanar los caminos para que llegue el Señor, no hacerlos más difíciles y complicados.
Nuestro tiempo es oscuro. La crisis,la corrupción, las dificultades nos conducen al desencanto, la tristeza y la depresión. Hoy necesitamos más que nunca la luz y la alegría de la Buena Nueva. Una luz que nos apremia a aplanar los caminos, a hacer de este mundo un lugar fraterno y solidario: un mundo mejor.
Si ahora se me acercara alguien a preguntarme quien soy, ¿podría responder que soy luz, que invito a la alegría y luchar por hacer de esta sociedad un mundo mejor?
Adviento es tiempo de esperanza. Esa luz y es a alegría llegarán; pero hay que trabajar para ello. Hemos de allanar nuestro trozo de camino.
fr. bernardo Yöel. Valencia