Hace poco hice un viaje a un país muy pobre. Fue una llamada,no me cabe duda. Y allí descubrí,que lejos de no estar Dios con los pobres y desheredados de la Tierra,hay un Dios especial para ellos.
Vi a personas que en en cualquier hospital europeo se morirían y allí estaban en la calle,sobreviviendo cada día en situaciones penosas.
Vi a gente muy maltratada por la vida. Pero sabían que algo superior y grande les acompañaba. Y no había en ellos desesperanza alguna.
Vi a niños que aquí estarían bajo psicólogos,médicos y medicamentos,por todo lo que tenían que vivir. Situaciones límite algunos. Pero eran felices.
Vi a gente que aquí en Europa si hubiese vivido lo que habían vivido en su infancia estarían traumatizados y con graves problemas psicológicos. Y los vi con una mente sana y limpia,que les ayudaba a sobrevivir en el presente.
Vi a personas que deberían estar alcoholizados todo el día,para soportar,olvidar y reirse de sus vidas. No vi a nadie alcoholizado,a pesar de que cualquier bebida alcohólica es muy barata
y accesible hasta para quién tiene solo una moneda.
Y como las matemáticas son infalibles y no subjetivas,vi a personas en un país con unos servicios de salud deficientes y ruinosos,allí donde los había,e inexistentes en la mayoría de lugares. Y sin embargo,su esperanza de vida es de 70 años,75 en el caso de la mujeres.Increíble,verdaderamente increible,con todo lo que vi.
Hay un Dios oculto que desde el anonimato nos ama con locura. Hay un Dios especial para los más pobres.Es lo que ví,y las estadísticas de la OMS me dijeron que sí.