Así suena siempre tu venida, buen Jesús, a Buena Noticia, a esperanza a promesa que se cumple. Llegas, en lo pequeño, en lo oscuro de una noche, en un sitio humilde y comienzas a pregonar esa gran noticia. Y ahora la has dejado en nuestras manos, también en las mías, y yo he de hacerla crecer, hacerla germinar, expandirla y lanzarla al aire pera que tu viento la esparza por toda la tierra. ¡Qué responsabilidad, Señor! Pero sí, mi Dios, rotundamente sí. (Vivir el Adviento en el ciclo B; EDIBESA)
Un abrazo
D.G.;Zaragoza (ahora desde Suesa)