¡Oh grandeza de Dios,
y cómo Señor mío
no queda por Vos
no hacer grandes obras
los que os aman,
sino por nuestra cobardía
y pusilanimidad!
Como nunca nos
determinamos sino
llenos de mil temores
así Dios mío,
no obráis vuestras
maravillas y grandezas.
¿Quién más amigo de dar
si tuviese a quién? (santa Teresa de Jesús; F2, 7)
Un abrazo
D.G.;Zaragoza