¡Oh, Señor, confieso vuestro gran poder!
Si sois poderoso como lo sois,
¿qué hay imposible al que todo lo puede?
Quered, Vos, Señor mío, quered que,
aunque soy miserable, firmemente creo
podéis lo que queréis, y mientras
mayores maravillas oigo vuestras
más se fortalece mi fe y con mayor
determinación creo que lo haréis Vos...
Bien sabéis, mi Dios, que entre todas mis
miserias, nunca dejé de conocer vuestro
gran poder y misericordia. (santa Teresa de Jesús, Ex 4)
Un abrazo
D.G.;Zaragoza