"He aprendido tanto de Dios que ya no puedo llamarme cristiano, hindú, musulmán, budista ni judío. La verdad ha compartido conmigo tanto acerca de sí que ya no pienso en mí como hombre, mujer, ángel ni siquiera alma pura. La existencia se me ha saturado de risa hasta el punto de que haberme liberado de todo concepto e imagen con los que la mente pudiera entrar en conflicto". (Hafiz)
Un abrazo
D.G.;Zaragoza