Un rabino solía decir a su gente que, si estudiaban la Torá, pondrían la Escritura en sus corazones. Alguien le preguntó: "¿Por qué "en" nuestros corazones y no "dentro" de ellos?".
El rabino respondió: "Solo Dios puede hacer eso. Pero la lectura del texto sagrado puede poner este en vuestros corazones, y luego, cuando el corazón se abra, las palabras sagradas caerán dentro de él".
Un abrazo
D.G.;Zaragoza