De ternura, de miradas cómplices y agradecidas...
De fé, esperanza y caridad unidas.
De oración y formación, de ver e intercambiar diferentes pareceres...
Gracias Abdias por tu acogida fraterna...
Hemos echado de menos a muchos hermanos, pero, cuando salimos de allí... Me sentí a gusto por lo compartido... Y diciendo lo del salmo 133.1 "Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía."
Gracias Luis, Ignaciano, Dorian y Álamo por compartir vida y experiencia de Dios conmigo... Y Abdias... mil gracias por compartir tu casa y tu experiencia.
Irimego, Z.