En la actualidad, hay una prohibición taxativa de que las personas gays puedan ordenarse sacerdotes. Es más, da la impresión de que, durante los años de seminario, los formadores sólo se preocupan de esa cuestión y de pocas más. Si se quiere superar la discriminación real que padecen los homosexuales dentro de la Iglesia Católica, creo que se tiene que autorizar la ordenación sacerdotal de las personas gays, aunque manteniendo el voto de castidad, común a todos los religiosos y curas diocesanos.
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El sacerdocio de personas gays
(16 mensajes)-
Publicado hace 10 años #
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Jacinto tu afirmación es de sentido común. Mi maestro de novicios y el de estudiantes antes del Vaticano ya lo afirmaban en clase de votos.
En muchos seminarios y casas de formación obligan a ponerse la careta provisionalmente, luego de las profesiones y ordenaciones, ya sacan las plumas.
No olvides que las iglesias ortodoxas, y las de la reforma, están igual o peor.bernardo
Publicado hace 10 años # -
Bienvenido Jacinto Benito, gracias por compartir tus inquietudes.
Si me permites una respuesta a tu comentario te diré que, normativamente no hay una "prohibición taxativa" sobre la ordenación sacerdotal de homosexuales. Sí es cierto que, sobre todo desde la salida del último documento relativo a estos asuntos (Instrucción "Sobre los criterios de discernimiento vocacional concernientes a las personas con tendencias homosexuales en vistas a su admisión al seminario y a las Órdenes Sagradas", 4 de noviembre de 2005) se endurecieron las cosas, tristemente. Y se mira con lupa. Como si la idoneidad del ministerio o sus frutos dependieran de una condición u orientación sexual. Orientación sexual no es acto sexual. Los heteros que vemos por la calle no van acostándose con mujeres las 24 horas del día, y sin embargo son admitidos a las Órdenes sagradas.
El citado documento viene motivado por ciertas experiencias sucedidas en torno a aquellas fechas, como dijo en su día el cardenal Jorge A. Medina Estévez, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a la Congregación para el Clero. Poco después comenzaron a destaparse los escándalos por pederastia y demás hierbas, y creo recordar que, no fueron tan duros como absurdos e ineficaces los correctivos aplicados.
El problema de fondo es lo de siempre: "se identifica homosexualidad con promiscuidad". Cuando uno lee el documento de 2005, rápidamente te viene la siguiente pregunta a la mente: ¿un sacerdote heterosexual puede ordenarse sin estar 4 ó 6 años en cuarentena? O lo que es más fuerte y difícil de demostrar: ¿eso como se mide? ¿Abrimos un proceso y llamamos a un perito judicial que se pasee por las zonas del ambiente? O, en caso de actos elícitos: ¿quién puede ver lo que hay en el corazón de una persona? Por favor...
En cuanto al popularmente llamado "voto de castidad" (o de amor), no es propio de los sacerdotes, sino que se llama así al de los/as consagrados/as (religiosos/as). En los sacerdotes se llama "promesa de celibato", que dicho sea de paso no es lo mismo, ni en la intención ni en la acción. Y en ambos casos no se reducen a la mera continencia genital, ni sexual; ya que son algo más amplio. La continencia es algo consecuente a la aceptación y vivencia de dicha "promesa de celibato" y de dicho "voto de castidad". Poniendo un ejemplo más claro: cuando una persona se casa con otra, no se casa con esa persona "porque renuncia a las demás", sino "porque quiere a esa persona" y se compromete a vivir una experiencia compartida y un proyecto de vida común.
En otro orden de las cosas, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, sí me gustaría aportar que, aunque siempre se habla del celibato en el sentido esponsal: no debemos olvidar que es un sentido un poco pobre. Hay más que decir. Por una parte, superponer el celibato como anticipo de la vida futura, por encima de la unión esponsal del matrimonio es como decir que los curas, frailes y monjas, tenemos el Cielo más ganado y mejor que los casados con personas concretas. Eso es faltar a la Caridad y a la Verdad; y un acto más de soberbia clerical. Y por otro lado, me gustaría resaltar también el carácter de "ofrenda". Las personas que han "realizado un voto de castidad" (caso de consagrados y consagradas, no todos monjes y frailes, también hay "vírgenes consagradas", que viven en sus casas) o han "prometido celibato" (caso de los sacerdotes, y no todos, pues en algunos sitios no es obligatorio), no debemos olvidar que, sin meternos en si todos lo cumplan o no; han renunciado a tener una pareja con la que compartir su vida, y a tener unos hijos. Los hombres por su parte; pero no digamos ya de las mujeres con su capacidad natural de ser madres, engendrar, dar el pecho y criar. Renunciar a algo que es propio de la naturaleza de las personas, y de una fuerte y honda raíz antropológica, psicológica, emocional y espiritual. No digamos que no tiene miga.
Auque se nos llame padres y madres espirituales. Y será cierto, en algunos casos. No tiene comparación. Por tanto, cada vez que oigo por la calle el típico comentario: "mira a esa monja (digo monja, porque son las pocas que llevan hábito), pobre amargada"; O, "mira a ese cura o fraile, seguro que es maricón o un solterón amargado"; me pregunto si sabrán realmente lo que significa esta vida. Está claro que en algunos casos: No. Y no os faltará razón a algunos si me decís que esas expresiones las hemos motivado algunos de nosotros con nuestro actuar, hipócrita y misógino en muchos casos, pero creo que me explico con lo que quiero decir: que no somos más que nadie, pero menos tampoco.
Un abrazo.
Paz y bien.
En arjé
PD: perdonad que me vaya del Estrecho de Bering al Cabo de Finisterre, pero es que lo uno me ha llevado a lo otro, y me apetecía expresarlo. Cosas de la vida.
Publicado hace 10 años # -
jolín! Gracias a los tres... pero En Arje... preciosa reflexión... Mil gracias!!!!
Se puede decir mas alto, no más claro!Irimego, Z
Publicado hace 10 años # -
Esa cuestión a mí me parece que está bastante clara: sólo hay que leer la instrucción de 2005 y, además, hablé con el rector del Teologado de Ávila, en Salamanca, que es un seminario mayor, y enseguida surgió la cuestión de "la homosexualidad", como causa de exclusión de la ordenación sacerdotal, por considerar que, siéndolo, no se tiene la suficiente entereza psicológica (es decir, como si se estuviera trastornado). En esa instrucción se dice que a nadie se le puede forzar a salir de un seminario, pero siempre el obispo puede no ordenar a alguien que se considera, por naturaleza, "no apto" para ser sacerdote. Y, de hecho, se desvaloriza la castidad autoimpuesta por muchas personas homosexuales, al considerar que dicha castidad es algo consustancial con la naturaleza 'perdida' de tales personas, y no un sacrificio. Y, por último, efectivamente la Iglesia Católica siempre pone en el mismo saco la pederastia, la pedofilia, la homosexualidad, la promiscuidad, etc., etc., a la hora de señalar inmisericordemente a las personas homosexuales, aunque a los sacerdotes pedófilos, muy aficionados a levantar las falditas de las niñas, por poner un único ejemplo, muy común, con cambiarlos de parroquia el problema ya está resuelto... En definitiva: que las cosas no son tan simples como algunos pensáis, ni este papa actual va a cambiar nada, en realidad, ya que sólo busca "hacerse la foto", con el fin de hacer popular algo que dejó de serlo hace décadas.
Publicado hace 10 años # -
Son considerados irregulares (impedimento perpetuo) para recibir las Órdenes sagradas los siguientes:
- Quien padece amencia u otra enfermedad psíquica. (Ejem...)
- Quien haya cometido delito de apostasía, herejía o cisma (Conozco a algunos...)
- Casados, aunque sea por lo civil (no para los orientales).
- Homicidas y abortistas.
- Suicidas y auto-mutiladores. (Los que realizan las terapias curativas con AMS han causado daños psíquicos y físicos, llegando algunos al intento de suicidio; o consumo de medicamentos para reducil la libido, y demás fármacos, provocando en algunos una especie de impotencia perpetua, o de castración química. Y no hay que irse al extrangero).
- Quien haya realizado un acto de potestad emulando a un ordenado, sin serlo. (Qué se creerán...)Y esto lo dice el Derecho Canónico, que hasta donde yo creo, tiene más fuerza que lo demás (documento de 2005, por ejemplo). Pero ciertamente, y testigos somos muchos, que esto, siendo más grave, se lo pasan por el arco del triunfo en muchas ocasiones. Antes de los impedimentos para el Órden sagrado, se habla de los requisitos. Pero eso ya no se estudia tanto, porque se presupone la buena fe, y el trabajo eficiente de los formadores al respecto...
En cuanto a lo de que se desvaloriza la castidad en las personas homosexuales, no te entiendo bien, perdona. ¿Te refieres a que como son homosexuales, no va a tener tantos problemas con la feligresía, en su mayoría mujeres? No sé si es eso a lo que te refieres, o al menos, algo así he oído en alguna ocasión. Poque al tener que esconderse con la careta: ni con mujeres (naturalmente), ni con hombres (que es abominación). Algo así oí en una ocasión. Perdona si no vas por ahí, pero es que no llego a entender esxactamente lo que querías poner.
Por lo que respecta a "poner a todos en el mismo saco". Cuando he hablado sobre eso más arriba, no me refería exactamente a que tiendan a agrupar en conjunto delitos de alta gravedad moral y penal, con lo otras cuestiones que ellos entienden como delitos. Sino a que: mientras que, en torno a la homosexualidad se han dicho cosas muy, pero que muy fuertes, con mucha dureza, resentimiento e insistencia, invitando al resto de la sociedad a que nos hagan el rechazo o la curación; en cuanto a lo que se refiere a la pederastia, tergiversaciones económicas e intromisión de los clérigos en asuntos civiles, no se ha hablado con el mismo tono. Más bien todo lo contrario. Muy en silencio, para no escandalizar a los fieles, cuando resulta que los fieles agradecen más la honestidad y la honradez,aunque sea reconociendo que se ha hecho un mal enorme (pues todos somos humanos), y se escandalizan en gran medida cuando ven esos "movimientos de ocultar lo que todo el mundo sabe antes de que salga a la luz". Y no sólo me refería al lenguaje, que ha sido más suave que el proferido hacia nosotr@s, sino que las medidas de corrección han sido escasas y desproporcionadas, por no decir de risa; mientras que a los demás se nos dificultaba, con absurdas e injustas barreras, el acceso a la participación plena en la Eucaristía y al sacramento del Orden.
En cuanto al Papa... Dios dirá... Yo cada día tengo más claro que ni va a hacer nada, ni, aunque quisiese, prodría. Creo que es el momento de empezar a cambiar desde abajo, para que llegado el momento, no quede más remedio que reconocer algo que ya exista en la Iglesia desde hace años y por "tradición". Al menos así funciona todo en esta Casa. Esto es como crear una cofradía. Hay dos modos: desde arriba o desde abajo. Desde arriba, pros: va todo en el marco de la legalidad; contras: te tienes que amoldar a lo que te digan. Desde abajo, pros: lo puedes amoldar según la realidad que tengas, como quieras, y llegado el momento se reconocerá "por costumbre" algo que ya viene siendo habitual en el seno de una comunidad; contras: sufrir la falta de respaldo oficial hasta que llegue su plena aprobación. En fin, por decir algo.
Creo que la mejor manera de no llevarse chascos con el Papa, ni con nadie, es no dando por sentado lo que aún no ha ocurrido, "por mucho que nos vendan la moto algunos medios de información", que cada uno cuenta la historia según le parece, y no es oro todo lo que reluce. Quiero decir que, el "populismo", no es algo impuesto por Roma como el documento ese de 2005, sino que es algo impuesto por NOSOTROS (el pueblo llano) a Roma, o a la figura de turno que idolatricemos.
Sugiero que despertemos y no nos dejemos arrastrar por las corrientes. Que cada uno decida por lo que le diga su corazón, pero que piense y que sienta, que eso no es malo.
Un abrazo.
Publicado hace 10 años # -
En arje: Magistral los pensamientos que has expuesto. Mas no puedo decir.
fr. bernardo
Publicado hace 10 años # -
Efectivamente, la prohibición no es taxativa. Si hace algunos años que la persona homosexual vive en castidad, se le puede admitir, si el candidato está en contra de la propaganda "gay" y de la "ideología de género"... y si su homosexualidad parece más bien "transitoria", según el documento del 2005. (¿Existiría también la heterosexualidad transitoria?, me pregunto). La pena que da este documento es que continua con la idea de que la homosexualidad es una tendencia radicalmente desordenada, como una etapa de inmadurez que si se trata bien puede curarse. Vamos, que es una concepción de la homosexualidad totalmente ideológica y que no está comprobada ni por la experiencia ni por el consenso mayoritario de los psicólogos.
Al final depende de los formadores, si son personas de sentido común y sentido cristiano sabrán hacer un discernimiento serio para ver si realmente hay vocación. Si son unos "cagados" que lo que les interesa es cumplir con lo que les dice la jerarquía y tienen miedo de la homosexualidad porque nunca se han interesado en documentarse bien sobre la cuestión, siguiendo clichés homófobos... naturalmente que todo lo que huela a homosexual se verá como una epidemia a erradicar, y por tanto ni pensar meter alguien así en un noviciado o seminario. Además, ya va siendo hora que los formadores se den cuenta que los colectivo gay cristianos y sus centros son los espacios mejores para ayudar a la aceptación del propio ser homosexual. Sería de desear que en estos centros cristianos, por otra parte, se aceptara y se respetara el celibato para el Reino de Dios como una opción sana posible...
Si es que al final, todo es cuestión de respeto.Miquel
religioso, presbíteroPublicado hace 10 años # -
Sigo pensando exactamente lo mismo que puse en mi primer mensaje. Creo que la castidad es imprescindible para ser sacerdote o religioso, independientemente de lo que diga, y como lo diga, la "normativa". Y también pienso que la Iglesia Católica ha destilado, y destila, un odio brutal contra las personas homosexuales, especialmente durante el larguísimo pontificado de Juan Pablo II, así como el de su epónimo (el que le ponía los papeles, para que los firmase). Todo esto es dar más y más vueltas sobre un tema que está ahí, que es "incurable" (ningún homosexual lo sería si pudiera ser ello algo cambiable) y que sustituye (y lo digo con todas las letras) el ancestral odio de dicha iglesia contra los judíos por el de hacia los homosexuales. Y, por último, todo el mundo sabe que ello es bastante para "consumo interno", ya que para la jerarquía y demás ser pederasta, pedófilo, homosexual, etc., es exactamente lo mismo; todo tiene una misma causa y origen: la homosexualidad. Y ello no es más que un fiel reflejo de una iglesia hipócrita y que siempre es muy divina cuando señala con el dedo acusador, pero que, igualmente siempre, es muy humana cuando de lo que se trata es de perdonar sus propias faltas (léase lo que les pasaba a las madres solteras en Irlanda, dentro de las congregaciones religiosas que las "acogían", por ley). Vamos: hacer una cosa y predicar otra; eso es la Iglesia Católica, por más que quiera cambiar las cosas (si es que lo quiere hacer, realmente) este nuevo papa: friki, frívolo, malísima fotocopia de Francisco de Asís, psicoanalizador y mediatista de poca monta.
Publicado hace 10 años # -
...gracias a todos, gracias En arje, por compartir... sabes que te estoy agradecido... en una ocasión asistí a la "profesión simple" de unos religiosos y en la homilía el provincial les dijo que "no sois obedientes, pobres y castos desde este momento de emitir los votos, esto es un recorrido"... en los últimos 25 años de vida religiosa he ido aprendiendo, humildemente, que el "celibato o votos" es una forma de "amar a todos sin excluir a nadie y sin apropiarse de de ninguno"... y cada día que pasa me convence que este proceso es un recorrido de toda una vida que excede y supera la genitalidad sin poder separarse de ella, porque nada puede separarse en la persona humana, somos un pack de pensamiento, afecto y conducta y en ese pack que somos no es lo mismo la identidad sexual, ni la orientación sexual, ni la conducta y "nada de ello depende de una exploración fisiológica externa", que decía un cardenal de la Iglesia hace un par de años... en este recorrido vivo, vivimos, creo yo, aprendiendo cada día esta forma de amar y este es su fin y su objeto, amar... un abrazo
Publicado hace 10 años # -
Ciertamente la formación en seminarios y casas religiosas al respecto del celibato o al voto de castidad siempre ha sido mas en torno al silencio o al acusarse en el confesionario. Hemos olvidado que el ser humano solo tiene un corazón: el mismo para amar a Dios y a los hombres.
Un abrazo
D.G.;ZaragozaPublicado hace 10 años # -
Hay una pregunta a la que no se me ha contestado, todavía, con la suficiente claridad: ¿una persona homosexual puede ser sacerdote diocesano, o religioso, de la Iglesia Católica, sin tener que trampichear? Sí o no. No digo que pueda llegar a serlo, ocultando tal o cual cosa, sino si puede realmente serlo, sin más.
Publicado hace 10 años # -
Jacinto el paso para que una persona entre en el clero tanto como diocesano como religioso no es otro que la aceptación en conciencia y libremente tanto por parte del implicado como por el responsable de aceptar dicho paso.
Me choca que digas que no se te ha contestado con claridad; te remito al 2º post del Moderador de esta web: En arje.
Y el termino trampichear no creo que sea muy adecuado para estos temas. Un homosexual no se ordena entrando por la puerta pequeña. Creo que se debe ser mas respetuoso al hablar de esto.Un abrazo
D.G.;ZaragozaPublicado hace 10 años # -
No se me ha contestado con la suficiente claridad; con algo de claridad, sí, pero siempre de una forma algo difusa y poco clara. En cuanto al "trampicheo" (el cual es un término simplemente coloquial, sin más connotaciones), a lo que me refiero es a esto, simplemente: si le digo al formador, o al obispo, que es el último que tiene esa libre decisión, que tengo una orientación sexual mal vista por la Iglesia Católica, pues eso, y no otra cosa, es la homosexualidad, ¿tengo la completa seguridad de que, con una profunda vocación sacerdotal, una sólida formación, haber mostrado siempre una buenísima voluntad, etc., etc., no se me va a despreciar en dicho último momento, generándome tal cosa, evidentemente, una quiebra vital irreparable?
Publicado hace 10 años # -
RESPUESTA A JACINTO BENITO:
""" No se te va a rechazar """,
si se cumple todo eso que dices: "profunda vocación sacerdotal, una sólida formación, haber mostrado siempre una buenísima voluntad, etc., etc."
PD 1: Vamos, en principio. No obstante, yo no tengo una bola de cristal. Imagino que si llega un formador o rector temeroso, y reprimido, puede ser que al poner su cabecita a hervir... explote y te complique la existencia durante un tiempo. Pero eso por ser homosexual, o porque te coja manía, o porque tu pelo sea rizado, o porque la vecina pasee al perro en bata. Sabe Dios...
PD 2: puedes seguir preguntando lo que quieras, que para eso estamos. De todos modos, el que mejor te puede responder a esto que preguntas es el rector o el obispo, como tú bien dices. Pregúntaselo a ellos, que son los responsables de tal asunto, son los que mejor y más claro te pueden responder... Porque una cosa es lo que se puede hacer, y otra bien distinta es lo que cada uno haga...
Publicado hace 10 años # -
Jacinto Benito,
no hay garantías. Si el obispo o formador es homófobo (aunque disimulado), y saben que eres homosexual, por mucha vocación que tengas, no se van a fiar. Uno no puede exigir que lo ordenen sacerdote, aunque tenga todas las cualidades, porque es la Iglesia (en sus obispos) que llama a los que quiere para este ministerio.Si, en cambio, el obispo o los formadores no son homófobos, más allá de lo que diga la normativa o con una interpretación benevolente de la normativa, si ven que tienes vocación, y madurez humana... posiblemente te admitiran.
Por tanto: depende del obispo o formador.
¿Es suficientemente claro?
Miquel
religioso, presbíteroPublicado hace 10 años #
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