2 Timoteo 3:1-5:
Sabed esto, que en los últimos días se presentaran tiempos críticos, difíciles de manejar
2 Porque los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,
5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
No nos sorprenda que el mundo sea así. Solo hace falta leer las noticias o simplemente ver como se encuentra nuestro vecindario.
Muchos se preguntan, cómo es posible que Dios permita todo esto.
No habría iniquidad si Dios no hubiera dotado a las criaturas inteligentes del libre albedrío. No habría maldad si Dios nos hubiera impedido el escoger obedecerle por amor o desobedecerle.
Josúe 24:15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
Si Dios nos hubiera creado esclavos, el mundo sería una balsa de aceite, de ahí la pregunta, debería haber obligado Dios a Adan y Eva, a nuestros ancestros a ser obedientes?
Sería el mundo feliz si todo el mundo fuera esclavo?
Olvidamos que el mundo yace en el poder del inicuo como nos comenta en la 1 de Juan 5:19. Acaso el maligno no le ofreció al Señor todos los reinos de la tierra si le daba un solo acto de adoración.
El cristiano es un hombre libre. Y libremente acepta el yugo del Señor, porque este no es un peso inabordable, Mateo 11:30 Jesús nos dice que su yugo es fácil y y ligera su carga.
El señor no nos carga con pesos imposibles porque sabe que el hombre está hecho como los vasos de barro.
¿Acaso es lento nuestro Dios es acabar con el mal que a todos nos acecha?. El apóstol Pedro, nos comenta en 2 Pedro 3:9, no es lento Jehová respecto a su promesa, según lo que algunos consideran lentitud, sino que es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno de ustedes sea destruido, sino que desea que alcancen el arrepentimiento.
Todo hemos abundado en el pecado. Pero podemos arrepentirnos.
Jesús perdonaba al pecador. Perdonaba a la ramera, al ladrón, al pecador impenitente, los perdonaba y comentaba...no peques más. No debemos olvidar que el perdón de Dios viene como resultado de nuestro arrepentimiento y deseo de no pecar más.
No olvidemos que Dios nos quiere Santos pues como comenta el apóstol en 1 Corintios 6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Si nuestro cuerpo es templo del espíritu santo no podemos mancharlo con la necedad o la inmundicia.
Jesús dio su vida por nosotros. No se puso al frente de un ejercito, ni se coronó rey para legislar leyes para tratar de cambiarlo todo a su antojo. Su reino no era parte de este mundo.
El cristiano, debe de saber y debe de entender que siguiendo el camino que marcó con su ejemplo nuestro señor Jesucristo se convierte en un ciudadano ejemplar. Un ciudadano al que no se le debe recordar que no debe de robar ni de mentir, porque el cristiano no solamente no hará estas cosas sino que con su aptitud deplorará al que lo haga, más aún con su actividad provocará en los que lo contemplen el deseo de hacer el bien imitando su ejemplo. El cristiano no vive ya para sí, el cristiano ya no se pertenece, sino que trabaja para aquel que prometió que haría todas las cosas nuevas. Dios es un Dios de promesas cumplidas. Era y es el Dios de Abraham, el Dios de Isaías y el Dios de Jacob. Ellos eran hombres y tenían dudas, tenían miedo, pero confiaron en Dios y Éste los premió grandemente.
Debemos abandonar nuestras malas costumbres que nos impiden avanzar en el camino del señor, debemos dejar atrás aquello que nos retrasa en nuestro crecimiento. No podemos estar en lo viejo y en lo nuevo.
2 Corintios 5:17
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Paz y bien