El anciano monje preguntó al P. Abad:
-¿ Qué piensas de todo el revuelo que se ha levantado sobre el exorcismo del Papa Francisco?
Sonrió pícaramente el Abad y respondió:
- Bueno. Ya han aclarado que no pretendió hacer ningún exorcismo. Pero si es cierto, que el Papa Francisco se ha referido al demonio en sus homilías. ¿ Pero, a qué se refiere cuando habla del diablo?. Muchas veces pensamos que el diablo está entre los libertinos; o quizá entre los ateos y agnósticos. Santiago, en su epístola, no dice claramente; también los demonios creen y tiemblan de miedo" (Sant 2,19).
Miró a los ojos del anciano y prosiguió:
- Lo demoníaco no es algo tan ajenos a nosotros como pensamos. El demonio puede llevar sotana, mitra, alardear de fe. El demonio es el padre de la mentira. Diablo, es todo aquel hipócrita que utiliza la religión para conseguir poder,para medrar. El que mata en nombre de Dios. El Papa Francisco quiere reformar la curia. El Papa Francisco quiere que la iglesia vuelva a ser la iglesia de los pobres (los que no tiene que comer, los enfermos que no visita nadie, los niños no queridos y maltratados, los sin techo, nosotros mismos somos pobres en la iglesia por ser gays...) El Papa Francisco quiere arreglar las finanzas de la iglesia. No te extrañes de que algunos,haciendo gala de ortodoxia,intentan introducir dudas sobre él. Esos son los verdaderos demonios,los padres de la mentira, algunos de ellos sinodales. Él,lo que hizo, es bendecir a un enfermo. Lo mismo que hacía El Profeta de Nazaret. Por cierto, a Él también le acusaron de ser hijo de Belcebú. La historia se repite...
fr. bernardo Yöel. Valencia
