Unas cosillas sobre el Sínodo.
Sólo a modo de comentario, sobre cosas que se han dicho, de gente que participó. Por si puedan interesar:
- Cada obispo tenía 4 minutos para exponer en el aula el tema que eligiera. Sin diálogo. El diálogo era al final de todas las intervenciones del día.
- Los africanos hablaron todos de la poligamia, los europeos del divorcio, sólamente 4 de 190 (más o menos) hablaron de la homosexualidad.
- Los que hablaron de la homosexualidad (4 obispos solo), lo hicieron invitando a la reflexión, a la revisión, a valorar positivamente; no a pretender la equiparación sacramental con el matrimonio, sino a poner de relieve el afecto, el cuidado mutuo...
- En el "Instrumentum Laboris" no estaba planteado tratar el tema de la homosexualidad como tal, si no el de la pastoral de los hijos de personas homosexuales.
- No se aprobó el núm. 55 (sobre consederaciones acerca de reconimiento de uniones de parejas del mismo sexo) porque era muy pobre y negativo, en comparación con lo que se había propuesto para la discusión del Sínodo.
- En cuanto a la valoración personal de una asistente al sínodo (mujer-canonista), había sido el tema peor tratado del Sínodo.
- La "Relatio" (documento final), que necesariemente es un resumen de un discurso complejo, por ello recortado y mal interpretado, a veces, por los que hacen la Relatio.
- De todos los demás asuntos a tratar, se trabajó infinitamente más.
- En el aula sinodal, se escucharon diversos testimonios. Entre ellos, el de algún homosexual, que habló del "cuidado mutuo hasta el sacrificio". Se escuchó el testimonio de parejas de hecho, se invitó a valorar que también, fuera de la institución canónica, hay amor. El testimonio positivo de familias monoparentales.
- Parece ser que se habló, lo que se dice hablar, con gran flexibilidad y escucha. Se respiraba libertad y apertura al Espíritu Santo.
Sólo para comentar.