Está claro que, en estas parábola, el Profeta de Nazaret se refería en primer lugar a las autoridades religiosas de su tiempo, que, en lugar de cuidar la viña se apoderaban de ella, e incluso mataron al Hijo del amo.
Pero el Evangelio no sólo está escrito para recordar unos hechos y una palabras, sino para transmitirnos lo que Jesús quiere de nosotros. También es un error pensar que sólo va dirigido a los dirigentes religiosos. TODOS somos trabajadores de la viña.
Hoy también tenemos la viña de nuestra familia,amigos, compañeros de trabajo de diversión... en que debemos trabajar y de la que debemos sacar el máximo fruto. ¿Es eso lo que hacemos? ¿No utilizamos la viña para nuestro propio provecho? ¿No hemos matado y eliminado a Jesús de la Iglesia? Nos quejamos de la falta de religiosidad. ¿Acaso no seguimos condenando y hasta matando los profetas de nuestro tiempo?.
Ser discípulos de Jesús es eser un auténtico viñador. Es dar nuestra vida para que el Reino fructifique en nuestro mundo. Y esto significa, luchar por lo que es justo. Sin embargo somos insolidarios, luchamos por nuestros intereses, olvidamos las necesidades de los demás. ¿Dónde está la voz de la iglesia gritando contra la corrupción?.
Jesús es muy claro. Se nos quitará el Reino y se quedará a quien se lo merezca más.
bernardo yoel. valencia
