Nos quejamos de no sentir la presencia de Dios. Deberíamos meditar las palabras de Jesús a sus amigos antes de partir. Les dice, precisamente,lo que deben hacer cuando crean que Él les falta. Dos claves; amar y guardar la palabra. Dos cosas que son una, pues las dos deben ir siempre unidas. Si amamos y guardamos su Palabra, Dios siempre estará con nosotros. Morará en nuestro corazón y es allí donde el Espíritu nos enseñará todo lo que debemos hacer.
Somos demasiado racionales y no sabemos escuchar el Espíritu que dejó en el Evangelio y habla en nuestro corazón.
Jesús nos dice también que nos deja su paz. Una paz diferente a la nuestra. No una paz conseguida con los puños,el miedo,la violencia, sino la paz del amor. Una paz conseguida con solidaridad,la fraternidad,la justicia...Una paz profunda con la lectura y meditación de la Palabra. La paz de quien se considera hermano, no rival.
Eso sí, si amamos y si guardamos la Palabra.
bernardo yoel. valencia