Aquel hombre de unos cuarenta añitos se quejaba de que siempre había desado hacer cosas grandes, pero nunca lo había logrado.
El Abat Ferran le sonrió y le preguntó:
-¿Y has hecho pequeñas cosas?
Le puso la mano en el hombro y le dijo:
-Las grandes cosas están formadas de pequeños detalles. Si quieres hacer grandes cosas,empieza por hacer cosas pequeñas. Ellas te llevaran a los grandes triunfos.
Así conocían la gente de Nazaret a Jesús. El hijo del obrero. José, del que no aparece ninguna palabra en los Evangelios. José que sólo lo encontramos en la infancia de Jesús y no aparece en la vida pública. José, el obrero que protrege a Jesús, que lo cuida, que se preocupa cuando lo cree perdido en Jerusalén. José la persona sencilla que acepta a María, no queriéndola denunciar primero y acogiéndola aunque no entiende nada. Jesús, en su niñez y adolescencia, aprendió de José el trabajo, la sencillez, la generosidad...
Jesús el Profeta de Nazaret,tuvo por padre a un trabajador de sueldo mínimo, un trabajador de manos encallecidas que lucha por sacar adelante su familia.
En estos tiempos de crisis José representa a tantos jóvenes muy bien preparados que van cumpliendo años sin encontrar un trabajo. En nuestro entorno hay muchas buenísimas personas como el obrero José padre del profeta de Nazaret. ¡Santos que lleváis con resignación y paciencia el futuro negro,rogad por todos los gays que viven en soledad y sin trabajo su día diario.
fr, bernardo Yöel. Valencia