La salvación de Jesús es una experiencia de éxodo, un movimiento de ser prisioneros a ser libres de ataduras, de la oscuridad a la luz, del miedo a la confianza, de la ignorancia al conocimiento y a la comprensión.
No nos dejemos manejar por pensamientos, actitudes que nos hacen tener miedo a un Dios cruel y manipulador de la condición humana.
No preguntemos, "¿Por qué Dios me hace esto?" cuando las cosas nos van mal. Esa ha sido siempre la pregunta religiosa equivocada y siempre ha provisto una idea retorcida del Dios celestial que maneja los hilos.
Que nuestra liturgia,oraciones y ritos no nos sugieran que somos gente lejana de Dios.
No pensemos que Dios no puede ser cercano a nosotros porque somos simplemente gente ordinaria.
No permitamos que la "autoridad", nos trate con prepotencia nunca olvidemos que Dios está presente en nuestra vida.
No nos involucremos en rituales que buscan comprar la misericordia de Dios o su protección o su favor.
El único propósito de la vida del Profeta de Nazaret es que una persona humana como nosotros vivió de tal manera que los que lo vieron y escucharon creyeron ver que Dios obraba en Él.
bernardo Yoel. Valencia