El Abad Ferran,andaba preocupado por la actitud de algunos monjes con respecto al oficio divino,el trabajo manual y las murmuraciones de las amistades particulares.
En el capítulo matutino se mantuvo un buen tiempo en silencio mirando a los monjes...
- "Me da la impresión de que hay hermanos que no se enteran de nada. En esta abadía fomentamos la Lectio Divina, el Oficio Divino se cuida y nos esmeramos... pero incluso entre nosotros leemos el Evangelio por encima... deberíais saber que el amor viene de Dios al ser humano y nosotros no podemos amar a Dios a quien no vemos si no amamos al hermano al que te cruzas por el claustro y no saludas. Jesús nos recuerda que el amor a Dios y al hermano son inseparables.
El Amor cristiano ha de ser un amor profundo que englobe el amor de Dios, nuestro amor y el de los hermanos. Es lógico que en cada uno de nosotros prime una de las dimensiones. Pero no debemos olvidar las otras tres, y menos despreciarlas."
fr. Bernardo Yöel. Valencia