Cuando todo nos parece oscuro, no vemos nada...tenemos que despertar la aurora.
Despertar la aurora es hacer presente la Resurrección, es iluminar la vida.
¿Cómo se ilumina la vida? Llevando el gozo y la alegría a los demás. Entregando nuestra vida por el otro. Consolando al que llora. Cuidando al enfermo. Dando de comer al hambriento y beber al sediento. Ofreciendo nuestra mano y nuestra amistad al que se encuentra solo. Luchando por la justicia.
La Resurrección no es una palabra, una idea, algo que hay que creer. La Resurrección es algo que debemos vivir. Es hacer presente a Jesús en cada lugar y momento de nuestra vida.
Cada mañana, al levantarnos, debemos despertar la aurora. Cada mañana es Resurrección...
fr. Bernardo Yoel. Valencia