Ciertamente, Inmortal, como bien dices, cuando el papa toca algún tema, no necesariamente hay que darle luz verde; pero se le da. Cuando el papa ha celebrado o permitido una celebración que ha estado abrogada por la Iglesia Católica, como ha sido la Misa según el misal de Juan XXIII o de Pío XII, no obligó a nadie a hacerlo; pero no le faltaron emuladores. Librerías de la Obra han puesto a la venta CD's y DVD's que explican paso a paso cómo celebran los herejes y filo-herejes esa Misa. ¿Por qué eso sí se permite...? Con esas actitudes se pone en riesgo la Comunión de la Iglesia, innecesariamente.
De cualquier frasecita que dice el papa, hay quien hace un párrafo o un libro entero. Parece como si estuviésemos deseando de que el papa diga lo que yo pienso, e inmediatamente cogemos la frasecita y tendemos a justificar nuestra postura con una frase papal para darle autoridad y alcance a lo "nuestro".
Si esto se hace con temas del pasado, debería también estar permitido hacerlo con temas de actualidad, que por lo menos nos sirven para algo.
Lo único que me dijo a mí, personalmente, aquella frase de "quién soy yo para juzgar a un homosexual...", fue la libertad de que un papa hablase con soltura y sin dureza sobre estos temas, algo inusual en los tiempos que corren. Y, evidentemente, la insinuación de quitar todo estereotipo de juicio a la persona homosexual, como si un homosexual fuese ya un pecador de serie, de por sí. Es decir, somos personas como los demás, ante todo. Porque pecadores, pecadores... somos tod@s, sin excepción.
Y lo de ver al Papa como Satanás o como Dios encarnado... Es una cosa de siempre. Repito lo mismo que con lo anterior, cada uno vende la moto según le parece. Me parece interesante reflexionar sobre las palabras del hermano Abdías. Recuerdo cuando Francisco llegaba a brasil y oía eso de "¡Viva el Papa!" Se paró y dijo de repente con acento argentino: "¿Cómo que viva el Papa? Será más bien: ¡Viva Cristo!" Ante esta frase yo sí que me quito el sombrero.
Sobre lo de evangelizar a tus amigos... Desconozco el significado que tiene para ti la palabra evangelizar, dentro del amplio campo semántico donde actualmente se mueve el término "evangelizar", pero sí te diría que el primer paso es "escuchar", siempre "escuchar", y que sean ellos los que den el paso en su vida donde vean luz, no donde nosotros queramos llevarlos. No siempre lo mío es lo mejor para los demás. Dentro del catolicismo hay muchas maneras de ser cristiano, de hecho tú has mencionado varias: neocatecumenales, Opus, Renovación Carismática, etc... Y las que puedan surgir. Son espacios que crean las personas dentro de la misma fe. Y si se respetan algunas cosas en la Obra, habrá que respetar algunas cosas en otros grupos, ¿no?
Lo importante es que cada uno se sienta cómodo donde está.
Y una última cosilla: no siempre estamos evangelizados, ni convertidos del todo. Siempre hay algo nuevo en el Camino, y la misma vida de la fe es eso: saber descubrirlo. Pero para poder verlo necesito despojarme de muchos esquemas y mapas conceptuales que me impiden ver. De eso hablaba ayer el Evangelio cuando decía lo de "Dichosos los pobres(desprendidos) de espíritu"... "porque de ellos es el Reino de Dios".
El otro día decía un profesor en clase una frase que me gustó mucho: "hay que conocer más a los demás, para conocernos mejor nosotros a nosotros mismos". El profesor la empleaba dirigida a católicos que nos acercamos al mundo Protestante y Ortodoxo; pero creo que valdría para la vida misma.
Un abrazo.