Muy a menudo, un hombre o una mujer que se han animado a rezar solos en una iglesia han sido una llamada viva para otros, por su perseverancia. Basta uno solo, y un día muchos se sentirán atraídos.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza
Muy a menudo, un hombre o una mujer que se han animado a rezar solos en una iglesia han sido una llamada viva para otros, por su perseverancia. Basta uno solo, y un día muchos se sentirán atraídos.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza
A mí siempre me ha impactado al entrar en una iglesia casi vacía, el ver a esas mujeres, ya mayores, recogidas en silencio ante el Santísimo... Fidelidad, sencillez, perseverancia, la insistencia de la viuda "inoportuna" que nos habla, sobre todo, de una inmensa confianza...
Aquí están la levadura en la masa, la semilla de mostaza. Son pequeños testimonios, a veces, denostados, otras tantas, ignorados. Son pequeñas llamas de espiritualidad que nos encontramos en el día a día. Son susurros del Padre.
Paz y Bien.
Abrazo.
Álamo. Zaragoza.
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