Hay quien quiere que no pensemos, que sólo obedezcamos. Para ello invocan la vuelta a la tradición. Pero la tradición no es el Evangelio. Son meras adherencias medievales, que muchas veces nada tienen que ver con el Evangelio y lo único que hacen es esclavizarnos.
Los judíos se preciaban de ser hijos de Abraham, pero estaban muy lejos de tener su Fe. Se habían quedado con un conjunto de tradiciones vacías. Los cristianos,podemos serlo únicamente de nombre, si nuestra vida no es espejo del Evangelio. Jesús nos quiere libres para ser nosotros mismos, con nuestra fragilidad, nuestros defectos, y nuestras virtudes.
La verdad no la poseemos. La verdad es la realidad. El pobre, el enfermo, el hambriento el parado que está junto a nosotros, es la verdad. Aceptar esa verdad y entregarnos a ella es lo que nos hace libres.
La Palabra es la verdad. Aceptarla y entregarnos a ella es lo que nos hace libres.
fr. bernardo yoel. valencia