Del Evangelio de domingo pasado (Rom. 9, 1-5) me quede con la frase "No tengas miedo..)
Id a la otra orilla. Pero,para ir, se han de atravesar las aguas, no siempre tranquilas de la vida. Jesús ora y cuando las cosas se ponen críticas aparece andando sobre las aguas.
Esto sigue pasando en nuestros días. Tenemos que luchar contra las adversidades. Jesús se acerca sobre ellas...pero nosotros no lo reconocemos.
Aunque saltamos sobre el agua, a su encuentro, seguimos dudando y acabamos por hundirnos. Sólo si nos dejamos agarrar por Él salimos a flote, y entonces las aguas se calman, sobreviene la paz.
Todos tenemos nuestras tempestades personales,nuestros problemas. Pero no confiamos en Él. Pedimos milagros, y el único milagro es su abrazo que nos agarra. Un abrazo que no sabemos ver, porque aparece cuando menos lo esperamos y, sobre todo, de quien menos lo esperamos. Porque Jesús se acerca a nosotros a través del otro,y, demasiadas veces, estamos ciegos para ver al otro. Lo tenemos etiquetado y no sabemos ver en él a Jesús que se nos acerca. Y la Paz, la verdadera Paz, sólo nos llega, cuando sabemos mirar al otro con otros ojos.
Con ojos puros. Cuando sabemos reconocer en todos un hermano. Si no...sólo vemos fantasmas, olas y nos hundimos.
bernardo yoel. Valencia