Sin segundas intenciones, sin pesar, sin nostalgia, tomar los acontecimientos, aunque sean mínimos, con un asombro inagotable.
Vamos, camina, da un paso delante del otro, avanza de la duda hacia la fe y no te preocupes por lo imposible. Enciende un fuego, aun con las espinas que te desgarran.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza (ahora desde Málaga)