Muchos teólogos,no precisamente los de mi entorno, han tomado el bastón de peregrino y se han puesto en camino, deseosos de espíritu de verdad,para encontrarse con la nueva cultura como parte de la historia de salvación.
Es un imperativo bíblico hacer nuevas todas las cosas, para que surja el hombre nuevo
que quiere el evangelio. En este proceso la formulación del lenguaje teológico es muy importante, por que no se puede continuar presentando la teología como un manual de abogacía, ni como un repertorio dogmático heredado de nuestros antepasados y que hemos de mantener inmutable.
La teología tiene como misión servir a la vida de los hombres y cuando la teología sirve a la vida no hace otra cosa que entrar en la corriente profética y evangélica.
Es cierto que la Fe la inicia el don que Dios nos regala y que adquiere su mayor expansión cuando prende en la vida pública del hombre donde éste alcanza su plenitud humana.
La teología ha de tener un lugar destacado en las virtudes públicas. no debe extrañar esta incursión de la teología en la política o de la política en la teología, si tenemos en cuenta que el cometido de la teología es que la fe fluya en la vida social. ¿Acaso el Dios bíblico y cristiano no se ha revelado permanentemente en la vida de su pueblo? Entonces la reflexión teológica ha de estar en una búsqueda continua de caminos nuevos que faciliten el encuentro con Dios en la vida cambiante de los pueblos.
fr. barnardo Yöel. valencia