!Qué dulce y agradable es para los hermanos vivir juntos y en armonía! (Salmo 133,1).
Paseando junto al hermano Dorian por las calles de este pueblo secuestrado por el tiempo, contemplando unas casas y palacios que parecen como si no hubiese pasado el tiempo por ellos, balcones repletos de flores que hermosean las fachadas, puertas recias, decimonónicas, con aldabas de hierro fundido con formas grotescas,ventanas con contraventanas de celosía que filtran el sol en las habitaciones,calles con un espíritu medieval en los cuales te sale al paso algún gato despistao o un perro que se pregunta quien es el que le importuna por la calle,olores a buen llantar (era la hora de comer) que se escapan por los rincones de las cocinas a las horas del mediodía, contemplando desde las murallas un paisaje del pre-pirineo que te invita a regocijarte con la naturaleza viva, a disfrutarla con sosiego y tranquilidad,todo esto disfrutas mientras te diriges pasito a pasito por las empedradas y empinadas calles hacia la vieja iglesia, lugar donde los parroquianos vivían su vida en comunidad,en vida y cuando se dirigían a la otra.
Todo esto muy idílico, hasta que de repente cuando te dispones a entrar por la puerta del templo y alguien te repite, sin entenderlo bien,de hecho no lo entendimos porque íbamos enfrascados en la conversación sobre el pueblo... un euro, un euro o algo similar. Por fin a la salida reparamos en este señor y ante su insistencia en un papel de la puerta, entrada a la iglesia y cripta un euro.
Bien, partamos de la base que la entrada a la iglesia,un euro,es un coste mínimo y justo para su conservación (se supone). Pero esa medio amenaza del señor de la puerta,agrio, que había un cartel, pequeño, en el que indicaba que la entrada era de un euro, entre tanto papel en la puerta uno no se dedica a leer los veinte papeles que había grapados en la puerta.Sé, ya que yo soy de la zona, que la iglesia ha sido restaurada entre todos y como siempre con los impuestos de todos, los que creen y los que no creen más que en su estómago, que hemos pagado las rehabilitaciones de todo el pueblo incluyendo la iglesia y todo lo que abarca la vista.
Esta insistencia del señor para el pago, que por cierto sin identificación, ni puesto, ni mesa y en la entrada en la iglesia oscura, con el sacerdote en una esquina, ausente, con una señora mayor esperando la misa, si una sola, y nosotros dos contemplando el bien hacer de los artesanos en esta majestuosa iglesia, nos hizo reflexionar a los dos sobre el acogimiento en la iglesia.
Cuando uno entra en un templo católico, en la entrada no te espera una cara sonriente, dándote la bienvenida, una mano amiga que te ayuda a sentarte en el banco, no te espera el sacerdote acogiendo al peregrino haciéndote partícipe del lugar sagrado, a respirar del ambiente cargado de miles de oraciones que se han derramado en el tempo a lo largo de los siglos en ese lugar, no, nadie te acoge,lo peor....nadie te esperaba.
Esta iglesia saciada de si misma, cargada de siglos, tiene una serie de servidores públicos que se llaman ministros de Dios,pero para un cristiano que significa ser ministro de Dios? buena pregunta, he tratado de pensar en ello.
En armonía con el significado correcto de la palabra ministro, Jesús se desvivió por servir al prójimo. “El Hijo del hombre —expuso pacientemente— no vino para que se le ministrara, sino para ministrar y para dar su alma en rescate en cambio por muchos.” (Mateo 20:28.)
Ministro significa ser servidor, servidor hacia los "otros" dar tu vida como ofrenda hacia los demás, negarte a ti mismo y pensar en tu prójimo antes que en uno mismo, si nuestro señor nos enseñó con su ejemplo siendo quien era, Dios del universo y de todo lo que existe, nosotros en nuestra pequeñez no hacemos nada más que una burda imitación de su infinita bondad.
Qué podemos decir de estos ministros "en estos tiempos" tan cansados están? tanto cuesta recibir al peregrino? no podemos hacer de la iglesia un lugar acogedor? No, lo importante era el euro.Ni una mano acogedora, una sonrisa, un que tal están,no, lo suyo...un euro. Nos imaginamos a Jesús, después de sus sermones en la montaña, pasando entre los oyentes y decir, un euro!
Hemos vuelto a los tiempos en los que Jesús volcaba los tenderetes en el templo!Bueno...hace muchos siglos que hemos vuelto a eso, mas o menos desde que lo crucificaron, no perdieron mucho el tiempo.
Acaso ya no tiene importancia la comunidad cristiana? ya no hay necesidad de una comunidad de creyentes?.Solo un lugar donde se escucha durante veinte minutos un sermón, hecho de carretilla, una comunión tomada por ya por mera rutina?.
No sé igual no soy moderno, yo pensaba que la vida en comunión debería ser con alegría. La vida entre hermanos debe ser activada con ilusión, alimentada día a día con la palabra en Cristo.La palabra de Jehová es el alimento que debemos de tomar cada día. Porque la hacen tan indigesta?. Igual dentro de poco la misa la haremos por wasap,un par de frases y listo, ya tenemos la misa solucionada y como comunión un emoticono sonriente. Igual en este mundo tan individualista, ya no necesitamos de hermanos, sino de un móvil con acceso a internet y una bendición vía hotmail.
Bien triste es esto si es el futuro que nos espera.
Como vamos a acogernos unos a otros sino nos recibimos mutuamente? Acogeos, pues, unos a otros como Cristo os acogió (Rom 15,7) Si no nos reunimos en amor entre nosotros, como va a fluir el espíritu de nuestro señor, “Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo con ellos.” Mateo 18:20.
Siempre que veamos a un hermano regocijémonos entre todos, no nos hagamos partícipes de lo triste de este mundo, sino de los limpio, del amor en Cristo, porque este amor, si es sincero es mas fuerte que todo el mal que nos acecha en el día a día.
Paz y bien
Abdías.