Hoy, desde mi pueblo marinero, quiero felicitar a todos los que viven bajo la advocación de la Bienaventurada Virgen del Monte Carmelo...
Quiero recordar a todos y todas las carmelitas dispersas por el mundo que testimonian con su vida el epíritu de Elías y Eliseo, los viejos eremitas, Teresa y Juan, los mártires Edith Stein y Tito Brandsma, de la pequeña Teresa e Isabel de la trinidad... y tantos y tantos carmelitas desconocidos... Especialmente mi Carmelo-refugio...
Quiero orar por la paz en la tierra del Monte Carmelo. Paz, Shalom, Salam... entre hermanos enfrentados
Y quiero traer, aquí, el esfuerzo y el trabajo de tantos hombres y mujeres de la mar...
Un abrazo a todos.