Si pudiéramos darnos cuenta de que una vida feliz es posible, incluso en las horas de oscuridad...
Lo que hace feliz una existencia es avanzar hacia la sencillez: la sencillez de nuestro corazón, y la de nuestra vida.
¡Sí, Dios nos quiere felices! Pero jamás nos invita a permanecer pasivos, nunca a esta indiferentes ante el sufrimiento de los otros. Todo lo contrario: Dios nos propone ser creadores, y llegar a crear incluso en los momentos de prueba. Nuestra vida no está sometida al azar de una fatalidad o de un destino. ¡Lejos de eso! Nuestra vida adquiere sentido cuando es, ante todo, respuesta viva a una llamada de Dios.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza