El Abad y un monje, antes de rezar completas, hablaban sentados en el campo de frutales al fresco de la noche. El abad comentó:
- Esta tarde los jóvenes que han estado charlando con el Prior, sólo tenían un tema el miedo,la condenación...y ciertamente que el miedo es muy humano. En realidad es un mecanismo de defensa. Pero también hace mucho daño a las personas. El miedo nos encierra en nosotros mismos, hace que desconfiemos de los demás y nos paraliza.
El monje respondió:
-Si, pero el miedo guarda la viña del amo.
Rió el Abad y repuso:
- La viña quizá sí, pero hace daño a la religión. Jesús elimino el miedo a la religión. Observa la cantidad de veces que les dice a sus discípulos que no tengan miedo. Somos nosotros los que hemos vuelto a introducir el miedo. Y no para salvaguardar la espiritualidad, sino para conseguir poder sobre los demás. Para dominar a los demás con la tiranía del miedo. Cumplir por miedo no es amar. Esto es prostituir la doctrina de Jesús. Él nos señaló un camino de valentía, de amor, de comprensión. Si tenemos miedo, ¿Cómo podemos entregarnos a los demás? ¿Cómo podremos decir que somos seguidores del Profeta de Nazaret?.
Hizo una pausa y concluyó:
- El miedo es humano, pero hemos de vencerlo. Y eso se hace con la confianza y manteniendo la paz en nuestros corazones.
fr. bernardo yoel. valencia