A través de una sencilla oración, muchos comprenden un día que Dios les dirige una llamada. ¿Qué llamada?
Dios espera que nos preparemos para llegar a ser portadores de alegría y paz.
Lo escucharemos cuando resuenen en nosotros sus palabras: "No te detengas, sigue avanzando, ¡que tu alma viva!"
Apoyándonos los unos en los otros, no dejándonos detener por los obstáculos, y sabiendo encontrar el coraje para seguir adelante, nos damos cuenta de que hay una alegría del corazón, e incluso una felicidad, para quien responde a la llamada de Dios. Sí, Dios nos quiere felices.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza