"Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo...El pan que yo daré es mi propio cuerpo"
Al escuchar estas palabras muchos empezaron abandonarle.
- Nosotros en esta fiesta luminosa del Corpus, paseamos a Cristo por calles y plazas adornando balcones, alfombrado calles y nubes de incienso perfumado; pero no tratemos de engañarle y engañarnos presentando la cara bonita de la vida. La realidad de nuestros pueblos no siempre es tan gozosa ni florida.
- Estas procesiones solemnes o sencillas no creo que conviertan y convenzan; desgraciadamente las hemos transformado en ritos sin vida que avivan las agencias turísticas.
fr.bernardo yoel. valencia