Esta mañana en el capítulo el Abad Ferran sentado en la silla abacial estaba solemne con una estola roja tejida en la alta Verapaz por las hermanas de Catojó.
No ha comenzado con la señal de la cruz, sino con un solemne ¡Paz a vosotros! y se ha sentado guardado un tiempo de silencio... lo rompió diciendo en plan confidencial... los discípulos llenos de miedo tras la muerte de Jesús necesitaban Paz para ponerse en camino y hacer partícipes de la Buena Nueva a todos.
- No podemos considerarnos discípulos de Jesús si no somos hombres y mujeres de paz. Siempre que en la historia hemos sido causa de guerras a bombazos, abriéndonos la cabeza a cristázos,arañándonos por dogmas y interpretaciones..hemos estado traicionando a Jesús. Nuestra misión es la de llevar la Paz que nos hace perdonar y querernos. Recordemos que cuando Jesús curaba, consolaba, acogía,, decía tus pecados te son perdonados. Perdonar los pecados es curar, dar ánimo, andar, quitarnos el miedo hablar y decir lo que pensamos y lo que somos. Eso lo podremos hacer si llevamos en nosotros el Espíritu que Él nos dejó.
De los comentarios que Mudejaríllo ha colgado hoy me ha sorprendido Luis Sicre S.J este jesuita debe ser un buen observador, pero mejor decir un contemplador. Luis nos dice que el Espíritu Santo no solo desciende sobre los doce apóstoles representando a los obispos sino sobre María madre de Jesús y sobre una seglar a la que no le sobraba la buena fama, María Magdalena.
El Greco y Luis Sicre nos desbrozan el camino para que la "La Paz a vosotros" la llevemos todos y a todos, empezando por nosotros mismos. No podemos dar paz si no la tenemos, si no nos queremos, si no nos aceptamos.
Felicidades a los seguidores de Jesús. Hoy celebramos que nació la iglesia doméstica, la fraterna, la de las sillas de anea alrededor de la mesa camilla compartiendo el pan y el vino que nos ofrece el hermano o hermana que nos ha abierto su casa.
fr. bernardo Yoel. Valencia