- Uno de los grandes problemas de los dirigentes, tanto políticos como religiosos, es la falta de autocrítica, comentaba el Abad a los monjes luego de ver el telediario. ¿Habéis visto a algún político reconocer públicamente sus errores? ¿Habéis visto pedir perdón a la curia vaticana por ocultar blanqueo de dinero, pederastia, pedir perdón por nombrar obispos impresentables?, ahí tenéis al obispo despilfarrador... y las ordenes religiosas? ¿donde están sus votos de pobreza,castidad y obediencia?. El Cardenal Kasper comentaba a la revista (Commonwealt) "mal que les pese a los amantes del gélido invierno -sobre divorciados vueltos a casar, la misericordia y una pastoral activa, realista y esperanzada, la iglesia debería ser capaz de perdonar si Dios lo hace. De lo contrario habría una oposición entre Dios y la iglesia".
El Abad movió la cabeza tristemente y añadió:
- La autocrítica, el saber analizar lo que hacemos y valorar lo bueno y lo malo, es lo que nos permite crecer. Parece como si los dirigentes estuvieran enamorados de sí mismos creyeran que todo lo que hacen es perfecto.
Sonrió con amargura y concluyó:
- Y lo peor, ante estas actitudes, el pueblo se ha vuelto conformista. Se ha convertido en un pequeñoburgués sin otro ideal que el de vivir lo mejor posible. Si protestas, no es por la injusticia, sino porque ha perdido la tan cacareada sociedad del bienestar. Se contentan con depositar cada cuatro años una papeleta en una urna y olvidan que la defensa del bien y la igualdad requieren un compromiso constante. El pueblo tampoco es autocrítico. Le es más fácil echarle la culpa a todo los demás. Así, nuestra sociedad camina hacia el fracaso.
- A nuestros pastores nos lo mandan por correo certificado, ni conocen nuestros pueblos, ni a la gente, nuestras necesidades, no conocen los caminos que conducen a los pastos abundante... El Profeta de Nazaret conocía bien los caminos transitados, los pueblos y sus vecinos, su lenguaje, costumbres... no tenía casa ni palacio ni donde reclinar la cabeza.
fr. bernardo yöel. valencia