Un asistente al campo del Villarreal tiró al campo al paso del Brasileño, con un gesto discriminatorio que pretende comparar los monos con una persona de color.
Si Alves, el domingo en el campo del Villarreal, no hubiera recogido el plátano del suelo y se lo hubiese comido, habría pasado inadvertido como un objeto más de los que los estúpidos lanzan a los campos de fútbol. Alves fue inteligente y su gesto ha servido para que todo el mundo tome conciencia de que el racismo sigue vivo en nuestra sociedad. Lo que no deja de ser una anécdota, revela algo más profundo. Seguimos sin aceptar al diferente, Para algunos el color de la piel sigue siendo un motivo de superioridad. Y, lo mas grave, en los países europeos crecen los partidos xenófobos y se sigue culpando a la emigración de los males económicos. Los arrancamos de sus países para convertirlos en esclavos y, ahora cuando quieren venir voluntariamente,los rechazamos. Un país de emigrantes que no acepta la inmigración.
No quiero pensar que pasaría si un futbolista de élite, un torero, un jugador de basket....sale del armario...
fr. bernardo yöel.Valencia