Empiezo a pensar en mi colección de "porque" y el poco valor que tienen en el mercado.
Avanza la vida y los "porqués" de niño llenos de curiosidad, dejaron paso a otros "porque" con una chispa ya de maldad, que poco a poco se fueron convirtiendo en preguntas inquisitorias hacia la vida.
¿Por qué yo?, Por qué a mí?, Por qué tengo que soportar esto? ¿por qué no le puedo plantar cara a este?...
Buscando respuestas, surgió otra pregunta; ¿para qué?...¿para qué pasan estas cosas?.
Será que todo pasa para algo? Para perder? para despertar?, para comparar?, para aprender? sera para vivir?.
Pasear por el sendero del " para qué" tampoco es fácil. A mi no me resulta fácil encontrar la respuesta que alivie mis pesares, mi incertidumbre, mi dolor. No encuentro la medicina. Quizá por que la vida, más paciente que yo, aguarde a que esté preparado. Seguro que en el grupo debe haber algún especialista que me lo aclararía por su preparación... yo no llego.
El cuerpo me pide comer mandarinas en verano y sandía en invierno. La vida pone ansiedad donde hace falta paciencia y tempestad donde hace falta calma...
Sin abandonar del todo mi colección de "porqués" he decidido seguir el compás de los ciclos de la vida. El invierno y el verano, la oscuridad y la luz...porque la noche y sus estrellas también es bella.
fr. bernardo yoel. valencia