La imagen de Jesús en la cruz gritando: "Dios mío,¿por que ne has abandonado?", es el grito de la humanidad que sufre. El misterio del mal en este mundo, sólo tiene sentido concentrado en la Cruz. El grito de las mujeres violentadas, asesinadas, los niños de Siria a los que los Maristas han construido clases en los sótanos, de los que mueren de hambre, la cruzada musulmana contra nosotros los gays, nos persiguen, matan, encarcelan, los que nos insultan dentro de casa, los obispos homófobos que no hay día en que no digan alguna barbaridad... es el grito de Jesús en la cruz. El Inocente carga con el mal de todos y lo transforma en vida. Jesús en la cruz da sentido a los cristianos.
En el evangelio de ayer veíamos cómo "algunos" sacerdotes deciden matarlo.
El cristianismo de hoy, por desgracia, se parece más a la religión de los sacerdotes funcionarios que a la de Jesús. Desde que Constantino la transformó en religión de estado, interesó más el poder, el dominio que el evangelio. Nos olvidamos de Jesús crucificado. Preocupan más los privilegios, que el sufrimiento de la sociedad. Es más, con nuestra sociedad injusta, nos convertimos en crucificadores, Los poderosos y la iglesia no están al lado de los abandonados, de los que sufren injustamente, persecuciones, si la iglesia no es el grito de los desamparados, ni es iglesia ni es cristiana.
Que esta semana santa que hoy comienza, nos sirva para escuchar el grito de todos los abandonados del mundo, que gritamos con Jesús en la Cruz.
fray Bernardo Yöel. Valencia