Cuando uno lee cosas como las dichas por el obispo de Málaga lamento enormemente que se les considere "Cristo en la diócesis". No hay comportamiento mas alejado del mismo Jesús que el de estos asalariados. El simple hecho de afirmar que la unión en el amor de dos personas del mismo sexo es igual a la de un hombre y un perro es, simple y llanamente, negarnos el ser persona. Negarnos la condición de hijos de Dios.
Personalmente no lo entiendo. Que aquel que es "sucesor de los Apóstoles", "testigo de la Resurrección" sea capaz de decir algo así ante un auditorio numeroso de jóvenes entre los que, seguro, habría homosexuales sin temer en lo mas mínimo hacer daño a los presentes.
Desconozco por qué monseñor alberga tanto odio en su corazón. Me viene a la mente James Allison cuando, en una entrevista, le preguntaban cuando terminara la homofobia en el Vaticano. Respondió, convencido, que el día que en la Santa Sede solo haya heterosexuales o que los gays que allí hay se acepten.
Sea como sea pido que estos días que comenzamos con el Domingo de Ramos sirvan a este obispo para reflexionar sobre el amor sin distinciones que llevo a Jesús a dar su vida por todos.
D.G;Zaragoza