El otro día el catequista le tocaba explicar un tema titulado "Jesús hacía cosas admirables". Otra vez, un quebradero de cabeza... los milagros. Afortunadamente para él, el tema estaba sorprendentemente estaba muy bien reconducido y, aunque se hablaba brevemente de milagros, se centraba más en acciones admirables, chocantes y que sorprendían a las personas que rodeaban.
- Y Jesús se acercaba a los enfermos, a los que la sociedad rechazaba injustamente, a las mujeres que no se sometía, a los que no estaban bien visto. Él quería ser amigo de ellos porque la mayoría los rechazaba -Explicaba a los críos.
- ¿Y por qué hacían eso? - Pregunta una chiquilla.
- Porque la diferencia asustaba y, en vez de entenderla, las personas la castigaban aislándola, apredeándola, juzgándola...
El catequista consiguió ese momento de tensión (¡Ualaaa! ¡Que fuerte!...)
- ¿Vosotros creéis que esas injusticias suceden hoy en día?
Surgieron muchas respuestas: la inmigración, los compañeros débiles que se ríen de ellos... Y, surgió un milagro:
- Pues hay países que están metiendo a los gays y a las lesbianas en la cárcel... o los matan.- comentó la chiquilla de antes.
- ¿Y tú a quien crees que defendería Jesús?
- Pues a los gays.
El viernes pasado el sentido común de una cría triunfó sobre el silencio de una Iglesia que da la espalda a un colectivo que, por miedo a la diferencia, es rechazado, golpeado y humillado con violencia ¿A quién defendería Jesucristo?