Reconocer la necesidad de reformas en la Iglesia Católica es posiblemente la respuesta más realista a la actual situación.
Fray Yves Mª Congar en la redacción de un libro estupendo "verdaderas y falsas reforma de a iglesia" señala los criterios para una reforma verdadera de la iglesia. Es un libro de los años 50 por el que fue duramente perseguido por la burocracia clerical del momento. Su apoyo a los curas obreros, su solidaridad con la justicia social no hizo más que complicar su situacion.
Con el tiempo fue rehabilitado, convirtiéndose el y su teología en uno de los padres del milagro del Concilio Vaticano II. Una muestra más de cómo el mero seguidismo de "los que mandan", muchas veces, nos hace colaborar con el error y el mal.
Señala Congar que la Reforma en la Iglesia no es una reforma para sí misma, sino que está al servicio de la misión de la Iglesia, está al servicio de las personas llamadas a vivir el evangelio.Ya anciano repetía "no excluyan a nadie de la mesa".
Hay hoy un discurso excesivamente extendido que cree que la misión de la Iglesia es meramente religiosa.
Congar señala que toda reforma de la Iglesia se hace volviendo a los orígenes de las primeras comunidades. Si algo caracteriza a la Iglesia de los orígenes es el pluralismo de sensibilidades y modos de funcionamiento.
Congar enseñaba la necesidad de estar en comunión con toda la iglesia y vivir una iglesia de comunión y no hacerse una iglesia de puros e incontaminados, una iglesia de fariseos.
El puritanismo es duramente criticado por Jesús, es el modelo de religiosidad farisaica que es muy escrupulosa en los temas religiosos.
bernardo yoel. valencia